SAN ESTEBAN DE LA SIERRA. El SERANO, TRADICIÓN PERDIDA.
DESDE CASA RURAL FUENTES DE ABAJO.
En apenas un cuarto de siglo cuántas y cuántas costumbres, algunas muy saludables, se han abandonado. Viejos y buenos usos, socialmente valorados, han caído en el olvido ante el vertiginoso ritmo de los tiempos. Entre ellos, el típico serano popular.
El serano se define como una tertulia, reunión nocturna que suele realizarse en los pueblos. Pero al margen de esta simple definición, el serano ha tenido una significación y alcance social mucho mayor. “Hacer serano” y “comer el serano” ha sido una buena costumbre en San Esteban de la Sierra.
En un tiempo no tan lejano a nosotros, pasado el verano y las reuniones a las puertas de las casas para tomar el fresco, cuando los días se acortaban, cuando la noche tomaba cuerpo y el frío obligaba a recogerse en las viviendas, las casas de San Esteban, como las de otros muchos pueblos, tenían el fuego encendido en la cocina y posiblemente el brasero en la mesa camilla. La lumbre era necesaria para cocinar y dar calor a viviendas sin calefacción, casi todas en nuestro agro. La mesa camilla y sus protectoras faldillas proporcionaban calor en el cuerpo; sobre aquella se comía, se jugaba al parchís o las cartas, se leía y se colocaban algunos de los ingredientes del serano. Porque el serano no era solamente juntarse al lado de la lumbre o el brasero. Aquí se reunían, según los casos, abuelos, hijos y nietos; familiares de una u otra índole, vecinos, amigos......Junto a la lumbre o alrededor del brasero pasaban las horas de buena parte de la tarde-noche del otoño, el invierno y la primavera. Era lugar de estancia, charla y transmisión, juego y aprendizaje y también comida liviana tiempo después de la cena.
Junto al fuego se repasaba la jornada, se contaban cuentos e historias, se leían los pocos libros existentes en las casas, se escuchaban las lecciones de los mayores, se chismorreaba...., se aprendían cosas elementales....La tarde-noche se prolongaba en un contexto generalmente armonioso y de permanente conversación. Entre charla y charla, unas veces se asaban los calboches, otras se comían nueces e higos secos, algunos dulces, las perrunillas y el anisete, se disfrutaban las uvas colgadas en septiembre, las manzanas...., aquellas perfumadas y duraderas manzanas de melapio....
Todo ha cambiado tan deprisa......!El fuego ha desaparecido en casi todos los hogares; la televisión ha sido una revolución que poco a poco ha mermado la comunicación familiar a la par que ha incitado a un desmedido consumo; los más diversos juegos de avanzadas tecnologías, distracción de pequeños y no tan pequeños, entre otros cambios, han roto el diálogo y una tradición que arrancaba en lo más lejano de los tiempos, que se transmitía de generación en generación y que tenía su importancia en la propagación de conocimientos básicos de unos a otros.
Ante tantos avances y medios de distracción actuales, nada expresa el término serano; los mayores lo recuerdan con la nostalgia del tiempo ido; los más jóvenes no saben el significado y la moderna sociedad ha perdido un sano y estupendo medio de entretenimiento, comunicación y transmisión.
Joaquín Berrocal Rosingana. Enero-2009.
Casa Rural Fuentes de Abajo. San Esteban de la Sierra.
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